lunes, 28 de septiembre de 2009

xx. Atracción .xx

Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él. Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla. Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas. - Paulo Coelho.

Hace tiempo llegó a mis manos un secreto en forma de libro que me enseñó a curar con sonrisas, a materializar lo que deseaba y a no perder jamás la ilusión por todo lo que hacía. Cada día empezó a ser más bonito que el anterior, fueron apareciendo cosas maravillosas y me empezaron a llamar chico con suerte. Llámalo autoayuda si quieres: a mí me ha cambiado la vida. Todo el que quiera saber más sólo tiene que preguntar.


En dos semanas estaré en Atenas:
Otro concurso.

martes, 22 de septiembre de 2009

xx. La noche en blanco .xx

lunes, 21 de septiembre de 2009

xx. Los dos lados .xx

A un lado del mundo Steven dirige una de las empresas más productivas del mundo. En sus manos se esconden más de quince mil millones de dólares, lo que le convierte en uno de los hombres más ricos del mundo. No busca la felicidad y le entra la risa cuando le hablan de contratos temporales y crisis económica. Al otro lado del mundo Karaba cuida en Níger de su pequeña recién nacida, producto de la última violación de uno de los soldados que luchan por el uranio en la zona. No cree en la felicidad, sobrevivir un día más ya es demasiado.

A un lado del hilo telefónico una mujer llora buscando la esperanza en las palabras de una desconocida. En apenas dos semanas perderá a su marido por una leucemia que poco a poco se ha ido apropiando de él hasta robarle el brillo de los ojos del que décadas atrás ella se enamoró. Al otro lado del teléfono una mujer escucha, que significa mucho más que oír, y da esperanzas refugiándose en una baraja de cartas que siempre falsea la realidad. Hace tiempo dejó de creer en su propio futuro; con las miserias de las voces que lloran se hace más fuerte y sigue adelante.

A un lado de la pantalla Areia le jura amor eterno al usuario que le promete un beso real en un tiempo verbal incierto. No valora su belleza ni la calidad de sus virtudes y se refugia en la tecnología, dura y fría como el hielo. Al otro lado de la pantalla un viudo cuarentón se esconde bajo una mentira de pectorales y dientes blancos que le permite sentirse joven, seguro, como más vivo. Se lamenta por perder el tiempo del pasado con tonterías; en ningún momento del futuro se dará cuenta de que nunca dejó de echar a perder el presente obsesionándose con el paso del tiempo: sólo ve futuro y pretérito.

A un lado de la clase Javier presta atención casi sin fuerzas, cansado de ocultar sus sentimientos al mundo. Sus ojeras revelan lo antinatural que resulta luchar contra sí mismo, decir siempre que sí por amor y ser cómplice de un caso de cobardía. Al otro lado de la clase Adrián se va rompiendo poco a poco, retrasando el momento de dar la cara por lo que siente por Javier. Cuando hacen el amor se olvida de toda la mierda de antifaces, popularidad e ignorancia que le rodea. Acaban de cruzar una mirada. Los dos lloran.

A un lado de la mesa María maquilla sus ojos, retoca sus mejillas... y se siente guapa. En unos minutos saldrá a la calle y, aunque él no lo sepa, no volverá jamás. Lleva un vestido rojo, zapatos de tacón y una sonrisa como bandera. Al otro lado de la mesa Gabriel se pone al día ocultando su rostro con el periódico de hoy. Nada nuevo en los titulares: muerte, tornados y chismorreos de política. Sostiene su taza de café y le duelen los nudillos. El último golpe a María fue tan grande que hasta a él le ha dejado marca. Nunca le dejará de doler.

A un lado unos, al otro lado otros. Historias extraordinarias y al mismo tiempo pequeñas por rutinarias. Cada mañana, sin saberlo, te cruzas con cada uno de los personajes que forman parte de esta historia. Los que encuentran el triunfo en el éxito y los que lo hallan en la supervivencia. Los que viven momentos duros y necesarios, los que hieren sin darse cuenta. Los que buscan una caricia en el sitio equivocado y los que están tan perdidos que no saben qué buscar. Los que mienten porque deben, los que mienten porque quieren. Los que dijeron basta y empezaron a vivir desde esta mañana, y los que nunca estarán vivos. Retales de realidad, sombras de vida.

David Waldorf.

viernes, 11 de septiembre de 2009

xx. Puta hipocresía .xx

Hace unos días, el diario de Prisa, El País, publicaba en sus páginas un reportaje que denunciaba el ‘trato inhumano’ que recibían las prostitutas en las calles de Barcelona. Morboso en sus fotografías, muy explícitas, casi pornográficas y de muy mal gusto, el diario titulaba la información: ‘Sexo de pago en plena calle junto al mercado de La Boquería’, con la intención de ejercer de 'mesías del pueblo' lamentándose por las mujeres afectadas.

Lo curioso de la cuestión es que sea justamente este diario – también el de mayor tirada nacional - el que publique el mayor número de anuncios diarios sobre prostitución (más de 700, por delante de El Mundo, ABC y La Razón) embolsándose por cada uno de ellos una cantidad superior a los 100 euros, lo que suponen unos 15.000 euros al día procedentes de las mafias que explotan a las mujeres, según distintas ONG y asociaciones que trabajan por los derechos de las prostitutas. Resulta, como poco, extraordinariamente hipócrita.

En la actualidad, a nivel europeo, ningún diario de calidad publica anuncios de contactos, quedando esto secundado a la prensa – denominada – sensacionalista, algo que no sucede en España, donde los periódicos ingresan por ellos más de 40 millones de euros al año. Son muy pocos, entre ellos Público y el gratuito 20 minutos, los que se oponen a esta práctica al considerarla favorable a la explotación sexual de las mujeres. La prostitución mueve en España cerca de 18.000 millones de euros anuales.

El Gobierno instó a los medios de comunicación a que eliminasen los anuncios de ‘relax’ mediante el Plan Integral contra la Trata, aprobado el pasado 1 de enero, algo a lo que los directores de los principales diarios españoles se oponen a renunciar por los ingresos que obtienen. Anteriormente, en 2007, la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de la Igualdad de Oportunidades denunció que los periódicos obtuviesen beneficios gracias a esta forma de explotación.

Mientras tanto, muchas mujeres se encuentran atadas de pies y manos por un grupo de hijos de puta y son obligadas a seguir vendiendo su dignidad a cambio de un dinero que nunca termina en sus bolsillos. Quizá esos clientes fotografiados por El País en las calles de Barcelona acudieron a esas mujeres gracias a un anuncio del periódico que encontraron en el bar más cercano.

¿Quién es más puta,
la que se vende - obligada - para salir adelante o la que critica la mano que le da de comer grandes manjares?

David Waldorf.

martes, 8 de septiembre de 2009

xx. Retales de Benedetti .xx

La muchacha y el hombre ingresaron en el ascensor en la Planta Baja. Ella marcó el 5º piso y él marcó el 7º. Pero de pronto sobrevino un apagón y el ascensor se detuvo, naturalmente a oscuras, entre el 2º y el 3º. Él dijo: 'Caramba', y ella: 'Qué miedo'.

Permanecieron un rato en aquel lóbrego silencio, pero al fin el hombre dijo: 'Al menos podríamos presentarnos. Mi nombre es Juan Eduardo'. Y ella: 'Soy Lucía'.

Él decidió mover de a poco el brazo izquierdo, y así, a tientas, llegó a tocar algo que le pareció un hombro de la chica. Allí se quedó, esperanzado. Ella levantó una mano y la posó sobre aquel brazo intruso. 'Tenés un lindo hombro - dijo él -, parece el de una estatuta'. Ella apenas balbuceó: 'Tu mano me gusta, al menos es cálida'.

Entonces, ya mejor orientado, el brazo masculino bajó hasta la cintura femenina. Ella tembló un poco, pero acabó consintiendo. En realidad, no tuvo tiempo de preguntar nada, porque él le cerró la boca con su boca. Lucía, un poco asombrada, sintió que aquel beso le gustaba y respondió con otro, este de su cosecha.

Así se quedaron un buen rato en aquella tenebrosa intimidad. Él preguntó: '¿Sos soltera?'. 'Sí, ¿y vos?' 'Viudo.' Inauguraron un abrazo inédito, y así permanecieron, disfrutando.

De pronto se acabó el apagón, pero el ascensor todavía quedó inmóvil. Ambos, ya con luz, se estudiaron los rostros y sobre todo las miradas. Hubo un mutuo visto bueno.

Él dijo: 'No estuvo mal, ¿verdad?'. Y ella: 'Estuvo lindo'. Él: 'Me parece que el ascensor va a empezar a moverse. En Planta Baja marcaste el 5º. ¿Vas allí?'. Y ella: 'No, ahora voy al 7º'. Al final el ascensor arrancó y los llevó como lo haría un padrino.

Mario Benedetti,
Vivir adrede.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

xx. Life .xx

LiFE from Alvaro C on Vimeo.