viernes, 12 de junio de 2009

xx. Érase una vez .xx


En el año 2008, el director español Javier Fesser sorprendió a todos, tras películas como El milagro de P.Tinto y La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón, con el estreno de Camino, un cambio radical de registro en la trayectoria del cineasta, con una cinta de dos horas y media en la que una niña de once años conoce por primera vez el amor al mismo tiempo que la muerte se aproxima a ella, fruto de un cáncer. La unión sublime de pasión, libertad y crudeza que se entremezclan en un puzzle perfectamente encajado en la película, lleva al espectador a sentirse un personaje más de una historia tan bella como dolorosa por la inclusión de un elemento que no hace sino dar un giro de tuerca a lo que hasta ahora esperaríamos de una película de estas características: la religión.

La religión está presente en las creencias de una organización como el Opus Dei, a la que pertenece la familia de Camino, que se atreve a observar la proximidad de la muerte de la niña como una bendición de Dios, dejándonos momentos estremecedores a lo largo del filme, véase el aplauso final cuando la niña ya se ha liberado de una existencia en la que jamás llegó a integrarse del todo, huyendo de la ausencia de libertad en pro del amor más bello y sincero con el que fantasear hasta el último minuto de la enfermedad.

Una película tan controvertida y sincera como ésta, inspirada en hechos reales, no puede dejar frío a ningún espectador, que la percibirá – probablemente – según sus creencias, valores éticos y sentimientos, entendiéndola y mascándola de formas distintas según sus vivencias personales.




David Waldorf.

1 comentario:

  1. Camino, para mí, es una obra maestra. Una película con una fuerza espectacular y que a nadie deja indiferente. La amarás o la odiarás.

    Un saludo David :P

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