viernes, 11 de septiembre de 2009

xx. Puta hipocresía .xx

Hace unos días, el diario de Prisa, El País, publicaba en sus páginas un reportaje que denunciaba el ‘trato inhumano’ que recibían las prostitutas en las calles de Barcelona. Morboso en sus fotografías, muy explícitas, casi pornográficas y de muy mal gusto, el diario titulaba la información: ‘Sexo de pago en plena calle junto al mercado de La Boquería’, con la intención de ejercer de 'mesías del pueblo' lamentándose por las mujeres afectadas.

Lo curioso de la cuestión es que sea justamente este diario – también el de mayor tirada nacional - el que publique el mayor número de anuncios diarios sobre prostitución (más de 700, por delante de El Mundo, ABC y La Razón) embolsándose por cada uno de ellos una cantidad superior a los 100 euros, lo que suponen unos 15.000 euros al día procedentes de las mafias que explotan a las mujeres, según distintas ONG y asociaciones que trabajan por los derechos de las prostitutas. Resulta, como poco, extraordinariamente hipócrita.

En la actualidad, a nivel europeo, ningún diario de calidad publica anuncios de contactos, quedando esto secundado a la prensa – denominada – sensacionalista, algo que no sucede en España, donde los periódicos ingresan por ellos más de 40 millones de euros al año. Son muy pocos, entre ellos Público y el gratuito 20 minutos, los que se oponen a esta práctica al considerarla favorable a la explotación sexual de las mujeres. La prostitución mueve en España cerca de 18.000 millones de euros anuales.

El Gobierno instó a los medios de comunicación a que eliminasen los anuncios de ‘relax’ mediante el Plan Integral contra la Trata, aprobado el pasado 1 de enero, algo a lo que los directores de los principales diarios españoles se oponen a renunciar por los ingresos que obtienen. Anteriormente, en 2007, la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de la Igualdad de Oportunidades denunció que los periódicos obtuviesen beneficios gracias a esta forma de explotación.

Mientras tanto, muchas mujeres se encuentran atadas de pies y manos por un grupo de hijos de puta y son obligadas a seguir vendiendo su dignidad a cambio de un dinero que nunca termina en sus bolsillos. Quizá esos clientes fotografiados por El País en las calles de Barcelona acudieron a esas mujeres gracias a un anuncio del periódico que encontraron en el bar más cercano.

¿Quién es más puta,
la que se vende - obligada - para salir adelante o la que critica la mano que le da de comer grandes manjares?

David Waldorf.

2 comentarios:

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  2. A ver, ojo, me parece una estupendez que cualquier medio de comunicación denuncie algo tan horrendo como eso. Yo he estado estas vacaciones en Barcelona y te puedo garantizar que esas fotos que se han publicado son poco para lo que se cuece (y no de prostitución precisamente). Ahora bien, la hipocresía es algo muy español, y nos encanta mirar la paja en el ojo ajeno, y no en el nuestro.

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