Me ha encantado la canción. Puede que algunos de los artistas sólo pongan su cara y su voz por pura imagen. Y sin embargo, como soy un niño soñador, la canción me ha emocionado y me la pongo cada dos por tres en Spotify. Si saco un poco de tiempo esta tarde me pasaré por FNAC y compraré el CD físico. No vale gran cosa y pones un granito de arena. Todo lo que se saque de la campaña 'Ay Haití!' irá a manos de Intermon Oxfam, y de ahí a Haití, de la que parece que los medios de comunicación ya no se acuerdan y por tanto (regla de tres de lo que no sale en televisión no existe) se vuelve invisible. A día de hoy, tres meses después de la catástrofe, Haití sigue llorando sin que nadie resucite a sus más de 230.000 muertos.
Hace unos días me convertí en cibervoluntario de Amnistía Internacional, una de las organizaciones (o marcas) en las que más ilusión me haría trabajar una vez tenga mi título de Licenciado en Periodismo. Por ahora me dedico a enviar eventos, a trabajar en la red de Acciones Urgentes y a intentar convencer a los que me rodean, por medio de mis palabras, de que la violencia, la desigualdad, el miedo que impone la religión y la deshumanización de la sociedad actual no nos lleva a ningún sitio.
La firmeza de unos valores de los que me siento orgulloso y la promesa de que lucharé por esa igualdad y el respeto de los derechos humanos, ya sea como voluntario de Amnistía, como escritor o como padre, amigo o vecino, es suficiente para mantenerme en pie.
Nadie me callará.
Nadie.
David Waldorf.
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