Si algo me va quedando claro después de tres cursos de periodismo, de conversaciones con compañeros de la profesión, de ruedas de prensa desorganizadas y de comprobar el exceso de autoestima de redactores que trabajan para revistas juveniles y, envueltos en su mediocridad, se creen que lo hacen para Time, es que el modelo de periodismo actual no es lo que esperaba. Donde muchos buscábamos seriedad, trabajo duro para alcanzar un testimonio trascendental y un mundo para valientes, el sector perece por el intrusismo, la falacia y las medias verdades. Los medios de comunicación se vuelven miedos de comunicación, como se recuerda en el vídeo de esta entrada, y el sentido crítico deja de estimularse en el receptor, que toma como verídica la información, letra a letra. Afortunadamente, quedan algunos ejemplos de periodismo puro, del bueno.Lydia Cacho nació en Ciudad de México en 1963. Periodista y escritora, se ha convertido en una gran activista por los derechos humanos y en un modelo para todas las personas que admiramos profundamente el periodismo de investigación. En su primer libro, Los demonios del Edén, denunció la existencia de una importante red de pederastía en México, por lo que fue detenida ilegalmente y torturada. Valiente como ella misma, contó su experiencia en Memorias de una infamia, estremeciendo a la opinión pública y alzándose como una de las periodistas más comprometidas a nivel internacional con la sociedad. Para la creación de su último libro, Esclavas del Poder, viajó a más de 42 países con el objetivo de investigar las redes de explotación sexual que obligan a la esclavitud sexual a millones de mujeres y menores de edad, atrapados en el entramado de las mafias de la prostitución. Como otro gran referente periodístico actual, el italiano Roberto Saviano (escritor de Gomorra), Lydia debe vivir bajo continuas amenazas de muerte.
David Waldorf

wooooowwwwww lydia cacho bravo amigo
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