sábado, 16 de mayo de 2009

xx. Vótame .xx

Quedan unos meses para que los ciudadanos acudan a las urnas. ¿Mi objetivo? Que el nombre del partido que lidero se lea en todas las papeletas de los vecinos de esta ciudad que tan poco me importa.

Prometeré cambios, mejoras en la economía y regalaré sonrisas que parezcan lo más sinceras posibles. Me morderé la lengua hasta que llore del dolor para que la madre del niño que en unos meses morirá se crea que su testimonio me emociona. Aguantaré un par de mítines, escribiré una entrada en el blog redactada con retales de frases bonitas de Aristóteles y la señora que me limpia la casa se encargará de responder al correo electrónico mientras yo me pinto las uñas de los pies de un rojo tan tenaz como las mentiras que resbalan por mi garganta, convertidas en promesas revolucionarias que algún imbécil se creerá.

No importa la hipocresía, sólo queremos la victoria. Ansiamos restregar a la oposición que nuestras falacias fueron más creíbles que las suyas, y durante cuatro años caminaremos como actores disfrazados de héroes que no brillarán más allá del metraje que ruedan con el apoyo de una masa secundaria. Tomaremos decisiones equivocadas, lideraremos por encima de la legalidad y compraremos el apoyo de aquellos que nos critiquen. Todos tenemos un precio.

Gobernaremos, nos haremos famosos por nuestra sinceridad y nos forraremos a costa de los que un día confiaron en nosotros. Las autoridades no nos acusarán de nada, esta vez lo haremos bien. Pronto saldré de esta prisión y arrepentida, con una mirada desgarradora, lloraré ante cualquier tertulia de televisión culpando de todo al compañero más débil del partido. Pagará por mí, lo sé, y no me preocupa. Mis labios rojos se mezclarán con la sangre sin que nadie más que yo se dé cuenta. Brillaré sin que nadie me eclipse, soy divina y ellos no.


Porque quieres un gobierno mejor,
Porque necesitamos un cambio,
Cállate la puta boca y vótame.

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