Prometeré cambios, mejoras en la economía y regalaré sonrisas que parezcan lo más sinceras posibles. Me morderé la lengua hasta que llore del dolor para que la madre del niño que en unos meses morirá se crea que su testimonio me emociona. Aguantaré un par de mítines, escribiré una entrada en el blog redactada con retales de frases bonitas de Aristóteles y la señora que me limpia la casa se encargará de responder al correo electrónico mientras yo me pinto las uñas de los pies de un rojo tan tenaz como las mentiras que resbalan por mi garganta, convertidas en promesas revolucionarias que algún imbécil se creerá.
No importa la hipocresía, sólo queremos la victoria. Ansiamos restregar a la oposición que nuestras falacias fueron más creíbles que las suyas, y durante cuatro años caminaremos como actores disfrazados de héroes que no brillarán más allá del metraje que ruedan con el apoyo de una masa secundaria. Tomaremos decisiones equivocadas, lideraremos por encima de la legalidad y compraremos el apoyo de aquellos que nos critiquen. Todos tenemos un precio.
Porque quieres un gobierno mejor,
Porque necesitamos un cambio,
Cállate la puta boca y vótame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario