A veces pisas el suelo de lugares que, inexplicablemente, te atrapan y te hacen experimentar sensaciones que hasta ese momento no habías conocido. Es algo similar a la empatía, es como si ya conocieras sus calles desde hace mucho tiempo. No sientes la necesidad de guiarte mediante mapas ni temes perderte en ningún momento, es extraño. La semana pasada en Venecia yo era una góndola más que conformaba la perfección de la ciudad más bonita del mundo.
A veces siento que cuando hablan de su inundación predicen mi muerte, no sé. Vamos a llamarlo amor.
El amor corre hacia el amor, como los escolares huyen de los libros; pero el amor se aleja del amor, como los niños se dirigen a la escuela, con ojos entristecidos.
Eres tan soñador… David- me dice mi otro yo en el espejo mientras se llena la bañera de agua tibia- . No puedes olvidar tu pasado ni dejar de imaginar tu futuro, parece que la cuestión es no ver el presente. Yo le intento explicar que esa tontería de vivir el ahoraes una metáfora más, que no es sino un par de palabras bonitas y un objetivo imposible, como una frase de película barata que intenta quedar bien con dos palabras que ni el que escribe entiende. _______________
No he ido nunca, pero siempre me ha hecho ilusión que cuando vaya sufriré un suerte de episodio de sindrome de Stendhal. Como tus mácaras. =P
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