Nací, crecí y apareciste en mi vida. Me enamoré de ti, conseguí romperte los esquemas y empezamos una historia con fecha de caducidad por culpa del miedo. Miedo al qué dirán, al sabor de un beso desconocido, a ser lo que no esperaban los demás de ti. Cientos de kilómetros y un sentimiento único, el que me hacías sentir cuando yo cerraba los ojos y tú me susurrabas dos palabras mágicas… yo era tan feliz. Fueron los dos años más intensos de mi vida, los más bonitos. Yo escuchaba un segundo tu voz y me moría de felicidad. El corazón se me aceleraba y vivíamos una realidad paralela sin injusticias ni dolores de cabeza.
Al final, como muchas otras historias de amor, no pudo ser. Estaba tan quemado, tan ensimismado con lo que yo sentía sin saber que tú necesitabas tiempo para aceptar el giro de tornas que yo había supuesto para ti que acepté tu despedida. Decíamos que esto nunca pasaría, que era imposible que nada nos separara y hoy me tengo que conformar con los recuerdos que con crueldad se pasean por mi cabeza. Jamás volveremos a tener quince años.
No sé si algún día aprenderé a vivir sin ti, sé que necesitaré tiempo, años. El sabor de la felicidad no se olvida con facilidad. Me da rabia no haber podido demostrarte muchas cosas. Me hace daño no saber en qué pude haber fallado, dos años a quinientos kilómetros de tu cuerpo ya eran demasiado. Me prometiste que no volverías para no hacerme daño y que así me demostrarías lo que me querías. Hoy me hago sangre al morderme la lengua pensando que acepté tu acuerdo.
Tengo que dejar de escribir, este no es el lugar ni tampoco el momento.
Sí, estamos depres.
ResponderEliminarPues a dejar de estar depre.
ResponderEliminarEn fin, en el momento que uno menos se lo espera... aparece otra persona, pero también hay que poner un poco de interés personal, no se puede vivir sólo de los recuerdos, y no sé que hago soltándote esto aquí xD.
Ya hablaremos...
:'( Para una vez que me digno a pasar por un blog... (vaya encerrona)
ResponderEliminarVoy a leerme lo anterior, a ver si me distraigo.
Tchs.