Recordar la historia de Palomares, una pedanía de Cuevas del Almanzora –Almería-, requiere hablar del 17 de enero de 1966, día en el que tuvo lugar el accidente nuclear más significativo de la historia de España: el choque de dos aviones de la Fuerza Aérea Estadounidense hizo que cuatro bombas atómicas cayeran en suelo almeriense. Dos de ellas quedaron intactas, mientras que el otro par contaminaron 50.000 metros cúbicos con plutonio. La descontaminación de la zona es un problema que dura ya 45 años.
En la actualidad, Palomares es la localidad más radioactiva de España. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) aseguró en 2001 que el nivel de radiación en Palomares era 20 veces mayor de lo normal. El presidente de Ciemat, Juan Antonio Rubio, declaró que si se excava en la zona contaminada el plutonio podría aflorar, por lo que el uso del suelo debería restringirse.¿Hasta qué punto es lícito que se estén vendiendo terrenos de la pedanía? ¿Dónde quedó la cooperación americana? Estados Unidos sigue colaborando económicamente, pero no hay acuerdo a la hora de decidir qué hacer con el territorio contaminado. El próximo 28 de enero, el alcalde de Cuevas del Almanzora, Jesús Caicedo, y el de la pedanía de Palomares, Juan José Pérez, se reunirán con el embajador norteamericano Alan D. Solomon, para tratar de solucionar el dilema.
El miedo de los vecinos ante las posibles consecuencias de la contaminación sigue presente. La foto de Fraga bañándose en sus aguas para demostrar la ausencia de radioactividad, hoy suena a chiste. O a ciencia ficción.
Fotografía de Sensei Katorga
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