miércoles, 19 de noviembre de 2008

xx. Tacón de aguja .xx


Te doy la bienvenida al salón de mi apartamento, ponte cómodo. Para que te vayas situando mientras te guardo la chaqueta, he de decirte que la tinta con la que podría estar escribiendo estas palabras tiene un valor económico que jamás lograrías reunir en tu cuenta bancaria trabajando en un puesto de trabajo como el tuyo.

Vivo en Nueva York. No te diré el precio del suelo que piso con mis zapatos rojos de Manolo Blahnik pero puedo confesarte que desde este sofá de piel tengo a mis pies las mejores vistas de Central Park que cualquiera podría tener.

He preparado este café para ti, ten cuidado con la porcelana.

Cada una de estos lujosos espejos refleja mi cuerpo extremadamente perfecto en sus cristales. Son de Praga, cariño. Sé que soy perfecta, deja de mirarme así si no quieres que me ruborice. Este traje oscuro se lo encargué a Gucci hace apenas un par de días. En serio. Si te fijas bien, los tacones rojos de los que te acabo de hablar hacen un contraste maravilloso con el vestido y con mi precioso cabello moreno.

No te muevas, voy a maquillarme y vuelvo enseguida.

La verdad es que lo de ser la mejor vestida de la ciudad me viene de familia. Mi madre tenía estilo ¿Cómo crees si no que tendría estas paredes de estilo afrancesado decorando este precioso baño? ¿Crees que lo he conseguido por mí misma? No, no es así. Mi padre es un pez gordo de uno de los bancos más importantes del mundo, con oficina en Nueva York. En realidad es un cabronazo que siempre ha pensado que su dinero me era suficiente para ser feliz. No nos vemos con frecuencia, la verdad. No me pidas que te diga la cantidad de dinero que maneja. Si algo me distingue a mí es, además del buen gusto, la discreción y el no presumir de lo que tengo. Bueno, el yate es que es de los más grandes del puerto, qué quieres que le haga. En definitiva: estoy forrada. Podría dormir con sábanas hiladas por billetes de miles de dólares si lo deseara. No creas que te miento.

Quién me diría a mí, que a mis veinte años de edad iba a ser una zorra con suerte, una diva de Nueva York. Y no te creas que termina de gustarme la ciudad por muchos millones que tenga. Eso de salir de compras por Midtown y cruzarme con algún toxicómano que otro como tú me pone los pelos de punta.

Yo siempre he sido muy tolerante cariño, si algo he defendido en mi deslumbrante vida ha sido la libertad de las personas. El derecho de todos y cada uno de actuar libremente y de acuerdo a su conciencia, sin tener que dar explicación a nadie. Oye… no me negarás que esta sombra de ojos me da un toque así como glam, ¿verdad? Veamos, qué te estaba diciendo. ¡Ah, sí! Te estaba comentando que he sido una feroz defensora de la libertad individual de everyone.

Cada uno puede vestir como quiera y pueda, ¿no? No todas en este mundo tienen la suerte que yo he tenido ni pueden permitirse comprar lo último de lo último en la Quinta Avenida, ¿verdad que no? Yo me tomo mi té rojo, por supuesto siempre con edulcorante, en la cafetería acristalada de moda con un buen libro de Jane Austen, mientras que otras lo hacen tiradas en la hierba de un triste parque de alguna vulgar ciudad demostrando su latente mediocridad. ¡Qué le vamos a hacer! Un segundito, que no encuentro el colorete. Ya está, prosigamos.

Cariño, que en conclusión todos somos libres y tenemos lo que perseguimos. Por ejemplo, esta madrugada tú y sólo tú te has buscado morir. No me hables del derecho a la vida, no seas demagogo. Seguro que el mes pasado me viste en la Vogue defendiendo los derechos humanos con esa ropa asquerosa que me obligaron a ponerme, así que deja de hablar. ¡Yo tengo dignidad, en esencia!

En este momento Sarah golpea con furia el espejo del baño haciendo que su reflejo desaparezca en mil añicos, provocando un imprevisto estruendo.

¡Mira lo que has hecho! - Grita con furia – Arrasaste con mi dignidad y ahora has conseguido que mi fabuloso espejo se haya jodido para siempre. ¿Esto es lo que quieres?

Sarah se desplaza al salón llena de rabia y los dos ojos de su obligado invitado se clavan en el pedazo de cristal que lleva en su mano izquierda.

Que vayas vestido con un traje de Brioni y juegues al golf los domingos no te da derecho a hacer lo que me hiciste, hijo de puta. Esa madrugada, en la que el alcohol bailaba por mis venas al ritmo de las luces de neón en la discoteca, tú me esperabas a la salida en tu deportivo de mierda. Aguantaste horas en él, colocado de tu droga preferida, esa que podría matarte pero que jamás lo hará porque yo me adelantaré. No te rendiste al paso de las horas y cuando finalmente salí de aquel elegante local me trataste como a un mísero juguete.

Tiraste de mí de imprevisto, sin que tuviese tiempo para reaccionar, y me violaste. Ridiculizaste toda mi existencia y abusaste de mi cuerpo sin pararte a pensar en las consecuencias, rompiendo mis sueños y eliminando por completo la persona que hasta ese momento fui. He intentado olvidar, de verdad, convirtiéndome en una estúpida princesita neoyorquina cuya mayor inquietud sea conseguir los zapatos de charol de Judy Garland en el Mago de Oz. Ahora sé que me engañaba, mi odio te esperaba en algún lugar inhóspito de mi alma. Cuando esta gris mañana te vi, lo supe, en ese mismo momento. Fue toda una sorpresa. Hasta ese instante y desde que me robaste la dignidad me había convertido en una estatua que petrificada no había vuelto a sentir emoción ninguna, me alejé de todo. Cuando te vi sentí odio.

Y ahora estás aquí, fíjate. Atado, drogado, frente a una niña pija que por un incidente se ha vuelto a cruzar en tu camino y que no te va a dejar escapar. La justicia no existe, el mundo es del más poderoso. Nadie sabe lo que ocurrió, prefiero tomarme la justicia por mi mano y empatar el marcador. ¿Ves este cristal? Cuando el reloj marque las doce te lo habré clavado en el corazón. Qué épico, cuando Cenicienta vuelve a casa tú volverás al infierno, apuñalado por un cristal afilado, como un finísimo tacón de aguja.


¿Quieres decir algo? ¡Ah no, tú no me dejaste hablar a mí cuando te apropiaste de mi cuerpo!

Tres, dos, uno… ¡Bon Voyage!

12 comentarios:

  1. Oye, muy buena la historia.
    Eres muy descripitivo...

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  2. Lo has escrito todo tu?, quiero decir: es de tu invencion?¿
    Dios!! esta geniiaL!! ^^

    (Ah! soy Rober) :P

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  3. Muy bueno el blog,me encanta como escribes ya lo sabes ;)

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  4. La historia es mía. A uno, que le viene la vena psicópata de vez en cuando =P

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  5. Trabajito me ha costado encontrar la sección comentarios...xD
    Muy buen blog jeje. Con supervisión ingenierística incluida...xDDDDDD
    Sigue escribiendo así
    K!ke

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  6. aiii Davicin Davizon..aun no lo e leido (cosa k hare x fasciculos xk ijo tas esplayao)aunk seguro k ta mu bien, como to lo k escribes tururu jajaaj pero se k la cancion k suena la as puesto x mi...(H) XDDD

    MuaaaK!!

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  7. ajjajajaajaja PEDORRO como buen amigo te dejo un komentario ya sabes soy un poko soso asik ya esta date por kontento eh? no me llores xd

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  8. buejo ajjajajaj k no sabes kien soy spuch.. date por kontento

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  9. Muy buena historia, si señor. Yo también te agrego a mis dos blogs.

    Bienvenido a la Blogosfera.

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  10. Q bien escribes,sta superbien la historia.La foto s tuya tmbn?mu sujerente.
    Weno pos a ver si nos vemos algun dia q hce mil q no t veo.
    Enga bss

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  11. Me gusta como te ha quedado. Ya te firmo, que sepas que esto de conectarme al msn, sea conectado o desconectado lo odio, asi que mucho te tengo que querer ¬¬.
    Ya sabes que la historia me mata xD y me encanta.
    i kissed a girl and i like it (8)

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  12. ¡Bang! Esto es otra cosa. Ya estoy más tranquilo.
    Bueno, no te digo nada de lo que escribes porque la gente ya se ha manifestado.
    Con Dios.

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