Era amor puro por más que me todavía me miren con incredulidad al mezclar esas dos palabras con tu nombre: yo sé que lo era, que habría entregado mi vida si peligrase la tuya. Sé que te habría seguido al fin del mundo y que al primer sonido de tu voz me estremecía sintiendo un escalofrío que agitaba todo mi cuerpo. Éramos fuego y al final la lluvia nos convirtió en humareda.
No sé cómo pasó, fue culpa de los dos. Tu miedo y mis temores sabotearon nuestra historia y hoy me sorprendo con las mejillas mojadas, preguntándome dónde estarás, cuestionándome qué es lo que hicimos mal.
No sé cómo pasó, fue culpa de los dos. Tu miedo y mis temores sabotearon nuestra historia y hoy me sorprendo con las mejillas mojadas, preguntándome dónde estarás, cuestionándome qué es lo que hicimos mal.
En el espejo mi reflejo se burla de mí y cuando le pregunto si algún día volveré a sentirme como cuando estaba contigo se pone serio. Clava sus ojos en los míos, me tiende la mano izquierda atravesando el cristal para acariciarme y al final me sonríe. Mi reflejo se llama esperanza y mi biblia ilusión. No sé si hoy te encuentras lejos, pero tu recuerdo perdura en mi memoria como un edificio viejo en una ciudad en la que pronto volverá a salir el sol.
David Waldorf.
Qué gran manera de explicar lo que se siente...
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