martes, 30 de diciembre de 2008

xx. Invisibles .xx

Cierra los ojos. Imagina una escena de tonos grises. A tu alrededor, angustia. Imagina un calor insoportable que te asfixie sin piedad.

Tienes un hermanito pequeño, de unos dos años. No sabes cómo, pero eres consciente de que por la falta de recursos básicos sus ojos oscuros repletos de infancia y ternura se terminarán cerrando para no abrirse jamás. Sabes que morirá.

Siempre que la luna ilumina el silencio de la noche lloras. Contemplas su cuerpecito, tan pequeño; le observas respirar y tiemblas de rabia por no saber cómo darle una vida mejor.

Tú no eres culpable de haber nacido en un lugar así, por existir en un mundo para muchos invisible. Nadie quiere veros, los países ricos prefieren borraos del mapa y daos por inexistentes. Los medios esconden vuestro dolor. Los que pueden no colaboran. Ese niño pequeño que va a morir podría llegar a enamorarse, podría llegar a trabajar, podría tener una vida digna, podría pero no la tendrá.

Día a día ves ataúdes de pequeñas dimensiones que ocupan su interior con cuerpos y corazones que apenas han vivido unos años. La muerte, el hambre y la invisibilidad que el primer mundo les ha proporcionado les ha empujado a la muerte.

Niños, niños como tu hermano imaginario, llenos de inocencia, débiles; niños que en medio de la acera de la barriada juegan con sus manitas diminutas sin saber lo que se les viene encima; niños cuya cabecita inquieta no saben a ciencia cierta qué es la vida y qué es la muerte, pero que en un corto plazo temporal experimentarán ambas sensaciones.

Porque el mundo les borra del mapa. Son más importantes las estéticas de los debates electorales y los resultados de los últimos partidos de fútbol que decir claramente que el mundo se agrieta de dolor, que la muerte acuchilla a la vida sin piedad en muchos países. Es mejor mirar a un lado y no ver, no ver porque no queremos hacerlo.


Siento que nos creemos demasiado importantes, que el ser humano se considera indispensable y necesario para el mundo. Nos damos demasiada importancia y no somos tan necesarios. Mientras las guerras sigan en activo no habremos conseguido nada. Nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario